EL CUBO EN EL DESIERTO
Editorial Loft Publications. Barcelona, España.
Primera Edición 2012
LA BELLEZA COMO ESPLENDOR DE LA
VERDAD
Acerca de la Arquitectura de Javier Artadi
Alberto Campo Baeza
“La poesía debe ser un poco seca para que
arda” dice, y con razón, Octavio Paz. Y claramente entendemos los arquitectos
cómo el poeta está hablando de precisión y de justeza que son cualidades
exigibles a la
mejor Arquitectura. Una Arquitectura que está en la orilla de
la lógica, de la razón, del “less is more”. Pues así es la arquitectura de
Javier Artadi.
Siempre que he visto una obra de Javier Artadi me he
parado. Una vez más se convocaba allí a la Belleza a través de la serenidad y
de la limpieza y de, como él bien defiende, de la línea recta, de la geometría
rotunda. Lo que los clásicos resumían bien con el término ataraxia, que es la
consecución del equilibrio y la felicidad en relación con el alma, la razón y
los sentimientos. La arquitectura de Javier Artadi transmite paz.
PERSONAL
Javier Artadi es uno de los más
destacados arquitectos del Perú, con un claro reconocimiento internacional. Su
trabajo aparece periódicamente en los mejores medios y es siempre reconocible por
su rotundidad y por la serenidad y limpieza apuntadas. Las imágenes de sus
obras son capaces de ser recordadas, de permanecer en nuestra memoria.
Además es profesor de Proyectos en la Universidad. Siempre
he defendido que todo arquitecto y todo creador, los mejores, deben cumplir una
triple condición: crear, dar razones de su creación y transmitir ese cómo y ese
por qué. Para un arquitecto, no sólo construir, sino además escribir y también
enseñar.
No creo en los arquitectos incapaces de dar
razones de su trabajo, ni en los arquitectos eruditos que, o no construyen para
no mancharse, o sus obras carecen del interés que pregonan sus palabras.
Javier Artadi cumple con las
tres condiciones: construye obras hermosas, escribe muy bien dando buenas razones de ellas
y es un muy buen profesor universitario.
NATURALEZA
Casi todas las obras de Javier Artadi están
construidas frente a una naturaleza excepcionalmente bella que es la de su
país. Y la relación de sus arquitecturas con esa naturaleza es la más adecuada:
ni se disfraza ni se mimetiza con ella sino que emerge ante ella como el
monolito de Kubrick, que él cita, con toda su fuerza, como un artefacto. Con la
fuerza de la línea recta.
En su precioso texto introductorio “El cubo en
el desierto” hace Artadi una defensa convincente de la línea recta y de la
geometría como instrumentos propios de la razón, del intelecto humano. El
ejemplo que utiliza, el paralelepípedo recto rectangular que emerge en 2001
Odisea del Espacio, es pedagógicamente muy ajustado. La razón frente al animal.
Porque eso es lo que hace la Arquitectura: levantar un artificio frente a la naturaleza. Dialogando
con ella, poniéndola en valor, pero artificial, siempre artefacto, arte facto.
MECANISMOS
Y los mecanismos arquitectónicos que utiliza Javier Artadi son siempre
eficaces. A veces estructuras al aire con llenos y vacíos. Siempre enmarcando
la naturaleza, ya sea en grandes ventanales o en vacíos cuadrados en el techo
que parecen atrapar el cielo. O subrayando con sus rotundas plataformas la
naturaleza ante la que se planta. Siempre con toda intención y con resultados
eficaces. Todo bien controlado con las medidas precisas. No dejando nada al
azar.
OBRAS
Podría hacer un repaso de sus obras, pero creo
que están muy bien descritas y explicadas en las páginas de este libro al que
estas palabras sirven de introducción.
Todas, desde la Casa en la Playa de las Arenas
hasta la última, la Casa en las Palmeras, son muy hermosas.
Pero si me dijeran que escogiera una, me
quedaría con el Club House en Cerro Colorado. Una casa que es casa de todos.
Una fuerte plataforma frente al mar con
casi nada más. Con una estructura racional desnuda que sólo se cubre cuando se
requiere la sombra, y se cierra cuando se reclama la privacidad. Y un
poco de agua en una alberca redonda. La estructura establece el orden de ese
espacio como lo hacen las notas sobre el papel pautado de una partitura
musical. Y es que Javier
Artadi también compone música, y se le nota.
FINAL
Y si él afirma que “en un lugar donde nunca
llueve el cubo en el desierto puede ser realidad”, yo matizaría que en un lugar
donde la cultura llega, el cubo en el desierto es una realidad, levantado por
un arquitecto tan bueno y tan culto como Javier Artadi.
En definitiva, en el centro de todas estas
cuestiones, está un arquitecto de primer orden que busca y encuentra la Verdad
y a su través la
Belleza. Si Platón, y San Agustín con él, proponía la Belleza
como esplendor de la Verdad, ésto se produce de manera patente en toda la
creación de Javier Artadi
que a través de esa Verdad logra siempre la tan deseada Belleza.
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