8 de marzo de 2013

MANUAL ILUSTRADO PARA PROYECTAR UNA VIVIENDA DEL S.XXI

(según los principios del arquitecto contemporáneo promedio)  

Escrito por Israel Romero Alamo
Editado por José Beingolea del Carpio
Publicado por "La Chimenea" Chimbote, Perú - 2013 
































¿Qué sucede en la vivienda de la clase media peruana? ¿Qué existe entre la arquitectura de la élite social y la arquitectura sin arquitectos de la barriada? ¿Cómo es el arquitecto que no pertenece a la élite arquitectónica?

Una (ligera) mirada a la vivienda que no tiene la cobertura de los medios pero que posee una serie de patrones que la convierten en parte vital de la arquitectura peruana contemporánea.



 

 


















RESUMEN
Desde luego esto no es un “manual”. A nadie le interesaría un “manual” para proyectar arquitectura como si esta se basara en lecciones similares a la de conducir un vehículo o armar un mueble doméstico. A estas alturas de la evolución humana nadie necesita un “manual”. El nombre del texto posee un inevitable doble sentido; no es un manual y quizá sea, en cierto modo, todo lo contrario. Es un texto compuesto por una “reflexión” que tiene como centro la mecanizada y casi institucionalizada proyección (hecha por arquitectos) de la vivienda de la clase media peruana que, luego de a tientas practicarse, expulsa un producto casi computarizado para después ser tomado como el paradigma alcanzable por los arquitectos de este sector de la población.
     

PRESENTACIÓN
"Este es un texto anacrónicamente contemporáneo. Un Manual es evidentemente anacrónico, el arquitecto contemporáneo después de instaurada la 'tradición de lo nuevo' no cree en manuales, eso lo aprende y lo hace suyo ya desde el primer Taller de diseño. La vivienda de la “clase media” es un tema vigente, contemporáneo, urbano, por eso es importante (porque ocupa gran parte de la ciudad), pero a la vez es insignificante e intrascendente (para el star system arquitectónico)...”  José Beingolea Del Carpio

 




















ADVERTENCIA
 
SOCIEDAD
Nuestra sociedad en el siglo XXI se estructura, fríamente, de la siguiente manera. Los de abajo (clase baja), que son un montón; los de arriba (clase alta), que son poquísimos, y los del medio (clase promedio), que siempre pretenden ser como los de arriba y que son también muchos, pero no tanto como los de abajo.

FAMILIA
Si desechamos a la clase baja, que es la más amplia de la sociedad, encontraremos en nuestro recortado universo medio-alto a la familia aristocráticamente alta y a la familia de clase media que es naturalmente tibia y voluble, como una gelatina. Esta clase 'tibia' está compuesta por la familia común y corriente, partícipe de una sociedad que por más heterogénea que parezca mantiene características y similitudes que la convierten en la legión más extensa y rica en contenido.

ARQUITECTURA
Aproximémonos a la arquitectura. Las construcciones que la sociedad suele llamar 'obras arquitectónicas' son las que en la práctica están hechas por arquitectos. Los dos primeros eslabones sociales, clase alta y media, tienen la solvencia suficiente para requerir los servicios de un arquitecto al momento de diseñar su vivienda. Los de abajo, por el contrario, sin las facultades económicas para contratar a un especialista, autoproyectan (y hasta construyen) sus viviendas. Los de arriba cuentan con un reducido grupo de exclusivos arquitectos (generalmente famosos) que edifican viviendas que pertenecen al muy selecto grupo de 'exclusivas viviendas' (también, generalmente famosas). Los tibios del medio, a diferencia de los anteriores, tienen un nutrido grupo de profesionales que concentran todos sus esfuerzos en este amplio sector de la población.

/.../ La arquitectura de la barriada, en su condición de rareza insignificante (vista así desde la lejana élite) también despierta otras miradas y genera atención. Pero, en esos casos, el análisis arquitectónico a menudo se detiene en la estilización de la precariedad, como coartada de la compasión. A los del medio nadie les mira, los del medio tan solo miran.

ARQUITECTO

El arquitecto está obligado a servir en una sociedad económicamente fragmentada. Trabaja con el eslabón social más alto y con el tibio montón del medio; a los de abajo probablemente nunca atienda. Al no mirarlos incentiva la arquitectura popular. Los arquitectos del siglo XXI ya no provienen de la élite ni tienen una formación de élite (como sucedía décadas atrás). El común de los arquitectos del siglo XXI son parte de la actual sociedad mesocrática y por lo tanto sus potenciales clientes pertenecen a ese eslabón social y económico. /.../

VIVIENDA
Las viviendas de las familias comunes y corrientes no son ejemplares como aquellas muestras de buena arquitectura, hechas por los arquitectos top que expresan la “marca” de la élite. Las construcciones de la clase media están hechas con arquitectura también común y corriente. /.../ Esta vivienda común y corriente es la que se construye como producto del teléfono malogrado, siguiendo patrones casi institucionalizados por las familias y los arquitectos de la clase media. /.../ Es en conclusión, un natural eclecticismo impulsado por las condiciones urbanas, la que creó un producto que forma parte de nuestro escenario contemporáneo. Un collage arquitectónico dentro de un lote de cuatro linderos y un solo frente.


"La arquitectura de la barriada, en su condición de rareza insignificante (vista así desde la lejana élite) también despierta otras miradas y genera atención. Pero, en esos casos, el análisis arquitectónico a menudo se detiene en la estilización de la precariedad, como coartada de la compasión. A los del medio nadie les mira, los del medio tan solo miran."



 


























PRIMERA INTRODUCCIÓN
A estas extrañas alturas del tiempo, podemos encontrarnos con una cantidad vitruvianamente impensada de hombres que se movilizan de un lado para otro, como hormigas. Son arquitectos comunes y corrientes, arquitectos del siglo XXI. 

El siglo XXI, en este rincón del mundo, Perú, viene acompañado de explosiones constructivas y perspicaces iniciativas en favor de todo lo que reporte ganancias constantes, sonantes... y también retóricas. La redención del ser humano y su círculo vital de existencia son hoy un discurso anacrónico que sin embargo sobrevive encomiablemente en algunos espacios universitarios. /.../





 


























LA CLASE MEDIA CONTEMPORÁNEA
LA FAMILIA ACTUAL


MODERNIDAD
La familia común y corriente es como un partido político compuesto por partes que profesan una ideología sin siquiera conocer a ciencia cierta a todos sus integrantes. La familia común y corriente aspira la modernidad.

HIGH TECH
Una familia común y corriente es la que pertenece a la amplia sociedad tibia del medio, que vive monótona todos los días y durante todas las semanas, como reloj en pared. Los padres son los típicos profesionales dependientes de alguna empresa multinacional, una MYPE o alguna respetable (?) institución pública o privada. Los hijos viven su vida al límite de la tecnología dentro y fuera del hogar. /.../

A la familia común y corriente le atrae cada vez más las cosas pequeñas y portátiles. Estos aparatos ocupan casi mediodía del día de las personas. En un tercio del día duermen y el resto de día hacen sus actividades. Los hijos estudian, van al colegio o a la universidad como si se tratase de un paso más por vivir y el por qué no les importa mucho, recién puede que lo comprendan al terminar estos pasos que sus padres les han dicho ser naturales. /.../


"Una familia común y corriente es la que pertenece a la amplia sociedad tibia del medio, que vive monótona todos los días y durante todas las semanas, como reloj en pared." 




 


























 
WELCOME
La familia común y corriente a pesar de todo tiene un felpudo a 10 centímetros de la puerta que dice “bienvenidos” pero casi nadie está cuando alguien quiere ser “bien venido” /.../

Una familia común y corriente tiene un vehículo creado entre siglo y siglo el cual usa y abusa. Como ella pertenece a la sociedad del medio, vive en una urbanización respetable o en una que intenta salir adelante. Su urbanización tiene pistas, veredas y todos los servicios. Abundan las tejas, los jardines de poco más de un metro cercados de amarillo más allá de la vereda, los vigilantes cada cierto número de cuadras y varias decenas de familias comunes y corrientes cien metros a la redonda.


 


 

























PROYECTISTAS DEL SIGLO XXI
En la clase media los roles entre el diseño y la construcción son distintos. No es como en la ejemplar clase de élite donde todo el proceso se maneja con una mano experta que hace y supervisa toda la obra, con un staff de ingenieros, arquitectos y maquinaria pesada incluida. Tampoco es como en la barriada donde, en la autoconstrucción, generalmente existe la síntesis del oficio del maestro de obra y la espontánea legión de obreros (improvisados o no) que son quienes fusionan el proyecto y la obra e incluso son parte de la familia.

En la clase tibia, el arquitecto del siglo XXI, luego de algún inicial intento demiúrgico cede a la persuasiva de la señora de la casa, desarrolla mecánicamente la vivienda y le entrega los planos. Ahí termina su rol, saludo, marcha nupcial y despedida. Luego el ama de casa se los entrega al maestro de obra, que puede ser conocido o recomendado por el arquitecto (quien a veces no sospecha que luego no tendrá mayor participación en la etapa de construcción). Esa etapa es íntegramente del Maestro. La familia común y corriente y su ilustre Ama difícilmente pueden entender la supervisión de un profesional, salvo que éste le haga el favor (de supervisar). El Maestro tiene en esta etapa enorme potestad. En la siguiente etapa el Ama con la inteligentísima complicidad del Maestro se encarga de escoger el enchapado, los colorcitos, los muebles, los cuadros, los maceteros y las plantitas. En esta etapa también interviene la familia, y ellos son los que casi siempre se imponen. 


"el Ama con la inteligentísima complicidad del Maestro se encarga de escoger el enchapado, los colorcitos, los muebles, los cuadros, los maceteros y las plantitas."




 



EL AMA (DE LA CASA)
Por más que uno lo evite, el Ama es el Ama. Es su casa. Los conocimientos académicos y salomónicos del arquitecto no podrán hacer sucumbir la potestad de quien vivirá y gobernará en el hogar.

El Ama tiene un natural y agudísimo sexto sentido para proponer lo mejor cuando ya no existe arquitecto ni maestro de obra en su propiedad. Puede que sus decisiones al principio no sean muy acertadas, sin embargo, tiene la innata facilidad para superarlas y proponer re-soluciones ingeniosas. El Ama es un genio.

El Ama es el natural arquitecto-decorador de la clase media. El Ama no tendrá los conocimientos necesarios para ser un arquitecto letrado, sin embargo puede erosionar la labor de éste dejándole a él y al maestro de obra lo estrictamente técnico para que, luego de haber salvado ello, pueda comandar el trabajo posterior. Un legítimo arquitecto del siglo XXI ya no se ocupa de estos complementos.


"El Ama tiene un natural y agudísimo sexto sentido para proponer lo mejor cuando ya no existe arquitecto ni maestro de obra en su propiedad."




 






























EL MAESTRO
El Maestro es un Maestro. El Maestro también es arquitecto. Conoce por inercia y experiencia el trabajo del arquitecto “con título” y podría suplirlo sin mayores complicaciones, lo único que no sabe es usar el Autocad y hacer vistas 3D (a menudo demuestra no necesitar leer los planos) por el resto es un arquitecto más. Llega a ocupar el rol íntegro del profesional en las viviendas autoconstruidas, mientras que en la clase media existe siempre un plano de por medio y a veces a éste se limita. No obstante, siempre existen indiscutibles recomendaciones en las que el maestro de obra impondrá su experiencia (y conveniencia), la cual generalmente sortea al arquitecto y termina convenciendo al ama de casa, quien finalmente tiene la última palabra.  

 
"El Maestro es un Maestro. El Maestro también es arquitecto. Conoce por inercia y experiencia el trabajo del arquitecto “con título” y podría suplirlo sin mayores complicaciones"

 

 



























EL ARQUITECTO DEL SIGLO XXI
En el siglo XXI los arquitectos son como neón en feria, andan en globos no solo por estar globalizados sino porque viven en una atmósfera subjetiva, la arquitectura es un buen argumento para ello. El arquitecto del siglo XXI, el arquitecto común y corriente, aún ve cerca al arco iris.

 
DUCK
El arquitecto del siglo XXI es un buen tipo. Le encanta ser arquitecto, le agrada ser arquitecto porque desde el principio pensó haber llegado a un nivel superior de la raza humana, a una culminación cuasi-celestial. /.../ Él se cree un ser súper culto y súper creativo, tan creativo que hasta lo culto le parece poco creativo. Como si fuera poco, es tan creativo que puede ser dibujante, administrador, profesor, escultor o pintor frustrado, diseñador gráfico, psicólogo, músico (también frustrado), contador, fotógrafo, ambientalista, profeta y al menos unos cuatro tipos de ingeniero. Es como el pato: camina, nada y vuela. ¡Ya quisieran otros seres vivos ser como él!
REALISMO SUCIO
El arquitecto del siglo XXI vive en las nubes porque le enseñaron que así debía ser. Pero la ciudad del siglo XXI (donde los arquitectos trabajan) lamentablemente no está en las nubes. Hay arquitectos que se alejan de esas lejanas y altísimas masas blancas para ser parte de la ciudad que (sí) tiene los pies en la tierra; aunque eso parezca ensuciarse y restarle valor a la celestial Arquitectura. Conscientes de la paradójica situación del mundo real, algunos están aprehendiendo alternativas terrenales sacadas del propio escenario contemporáneo, aprendiendo, por ejemplo, a hacer (auto) ironía.



"El arquitecto del siglo XXI es un buen tipo. Le encanta ser arquitecto, le agrada ser arquitecto porque desde el principio pensó haber llegado a un nivel superior de la raza humana, a una culminación cuasi-celestial."

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