Estimados lectores y seguidores. Cerramos un año muy intenso e importante para este espacio de difusión, hemos consolidado nuestra línea editorial especializada en temas relacionados a la arquitectura, urbanidad y sostenibilidad, buscando siempre compartir con ustedes proyectos o reflexiones que sumen a la construcción de una conciencia proyectual estructurada a partir del espacio público y social, y no sólo de lógicas formales y objetuales.
Hace unas semanas tuve la oportunidad de participar como expositor en la XVI Bienal de Arquitectura del Perú. Allí compartí con los asistentes mi visión sobre la arquitectura que considero pertinente para nuestros países, que lejos de estar anclada a especulaciones formales, debe estructurarse sobre lógicas y pertinencias sociales y ambientales. En contrapartida y de forma preocupante, la formación en arquitectura en el Perú sigue orientada a lo primero, generando profesionales más enfocados en construir objetos pseudo-escultóricos, que en resolver su contexto social. Desde este espacio reforzaremos la mirada a esa arquitectura que consideramos pertinente, y seremos muy críticos con esa otra que en muchos casos alimenta la segregación social y la frustración de cientos de profesionales, que comprueban que la arquitectura para la que fueron formados no tiene correlato en los encargos a los que pueden (y deben) acceder en sus lugares de origen.
Como lo hemos denunciado en más de una oportunidad, debemos buscar resolver el rol del arquitecto para el 91% de la población para la que no se nos han dado escasos instrumentos profesionales. Debemos poder llegar a los hogares que hoy se resuelven mediante la auto-construcción, a los barrios donde faltan espacios públicos y de recreación, a las comunidades dónde los sistemas tradicionales son escasos o no resuelven la interfase ambiental. Debemos comprender que nuestro sentido profesional debe ser, ante todo, la resolución de las interfases sociales y ambientales.
Aldo Facho Dede
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