HABITAR: LA NECESIDAD DE PENSAR LA CIUDAD

Escribí esta nota hace poco más de un año con motivo de la imposición de una estatua por el saliente presidente del Perú, Sr. Alan García Pérez. Luego de un polémico proceso se ha aprobado la consulta para la revocatoria de la alcaldesa, la Sra. Susana Villarán, acusándola de "pensar mucho y hacer poco". Ante este hecho considero pertinente interesante refrescar esas ideas y recalcar el hecho que la ciudad debe PENSARSE para luego HACERSE en equilibrio y consenso con la población, con conciencia del presente y mirando siempre al futuro. Debemos descartar ese modelo político prepotente y corto-placista que nos lleva a obras faraónicas desarticuladas. Las obras más importantes no son siempre las que más se "ven" sino las que mejor resuelven el desarrollo equilibrado de la ciudad.

Aldo Facho Dede

Fuente: El Tiempo.com

Hace poco los medios de comunicación y redes sociales han comentado la colocación del una estatua por parte del presidente peruano García en el Morro Solar de Chorrillos (ciudad de Lima); si bien las críticas son varias, la que la mayoría señala como la más grave es la imposición de un monumento sin haber hecho las consultas y gestiones ante las autoridades pertinentes.

Lamentablemente estas conductas son comunes en nuestra ciudad, cada vez que la visito (vivo fuera desde hace unos años) encuentro además de importantes signos de desarrollo alguna nueva obra impuesta por la administración pública o por empresas privadas, que lejos de ayudar a organizar la ciudad suman al desorden o no terminan de resolver el sentido de su existencia. El último Plan de Desarrollo del que tengo conocimiento fue elaborado en 1992 en la administración de Belmont proyectándola hasta el 2010, desde entonces muchas cosas han cambiado exigiendo una profunda revisión del mismo y su actualización al menos por un decenio más.

Cualquier objeto que se yerga en la ciudad debe estar inscripto en un Plan de Desarrollo que lo justifique como parte de un sistema integral metropolitano, y no debe ser producto de un deseo individual o presión empresarial. No podemos seguir construyendo Lima como un collage de parches, soluciones o deseos personales, ese camino solo nos llevará a un nivel de desorden que dentro de pocos años será inmanejable. El orden que tanto admiramos cuando viajamos a ciudades del extranjero no es fortuito, sino producto del rigor con el que se siguen los Planes de Desarrollo y los Códigos de Edificación. El modo como se maneja de nuestra ciudad, en la que cada alcalde modifica según sus criterios el código de edificación y plan de desarrollo de su distrito solo agudiza nuestra realidad de ciudad fragmentada y excluyente. La forma como se imponen las obras, gastando importantes sumas de dinero público y sin analizar la pertinencia o no de las mismas, evidencia esa forma autárquica de gobernar.

Antes que seguir exigiendo "obras" a la nueva administración metropolitana, deberíamos exigirle un Plan Integral de Desarrollo cosntruido desde el consenso y la participación ciudadana.
No podemos seguir construyendo nuestra urbe a partir de la urgencia de los tiempos políticos o de los intereses de algunos pocos, por lo contrario debemos sentarnos a pensar cual es la ciudad que queremos, cómo consideramos que deba desarrollarse y qué proyectos son fundamentales para ello; recién entonces podremos aportar sustancialmente a la construcción de una Lima para el futuro.

Aldo Facho Dede, arquitecto