Deschamps + Estremera + Acevedo - arquitectos
Concurso Distrital de Anteproyectos Nueva Sede del Colegio de Arquitectos de la Provincia de Buenos Aires - Distrito 1
Mayo de 2010
Memoria Descriptiva
¿Por dónde comenzar la construcción intelectual de una propuesta asediada por algunos puntos ineludibles a la hora de proyectar? Esquina, diagonal, plazoleta, norte, geometría, interpretación de programa… ¿Es posible dar vuelta la cuestión, e intentar un planteo en el que edificio, en tanto singularidad, sea quien proponga el juego relacional y no sea condicionado por un entorno dominante, pero que al mismo tiempo ese entorno sea parte irrescindible del sitio que lo produce? ¿Serán las respuestas a estas preguntas, creadoras de un objeto exótico? De todo esto, de buscar respuestas a estas y otras inquietudes, trata el objetivo trazado.
La clave radica en una contradicción dialéctica: la singularidad del objeto y el reconocimiento de los límites que le dan forma. Singularidad, no como excentricidad, sino como ícono, como faro que mira y es mirado, que ordena y es referente; pero singularidad de ese sitio, con sus condicionantes revirtiéndolas, como un arte marcial oriental, en potencialidades. El enclave urbano invita. El solar es protagonista sin proponérselo y los limites, natural y geométrico, tamizan la condición. Comienzo. Nuevas preguntas. ¿Cómo entender una manzana de 3 lotes? ¿Cómo se aborda el objeto?, ¿Cuál es la relación cinética entre lo urbano y ese objeto?, otra ¿pueden los limites concretos y esta relación erigirse en la síntesis dialéctica objeto- subordinación al medio?... Por ahí asoma algo.
El abordaje produce una fisura, una escisión en el fondo del lote, dando independencia a la pieza arquitectónica y a su vez, aire a las futuras construcciones linderas. De esta manera, la aproximación reconoce los bordes en diferentes niveles y la irrupción al interior del nuevo espacio es una salida a escena. Las preguntas se suceden. ¿Cómo podría ser el escenario, el nexo o interfase entre el individuo protagonista y la ciudad? Hasta ahí, una caja.
Bien, entonces… ¿una caja faro, una caja de escena? Faros, escenarios, objetos para ser mirados, pero a su vez, privilegiados para mirar. Una caja o contenedor espacial, recorrible en horizontal y en vertical. Que tamice el entorno, organizando la mirada. Como una pieza troquelada o una caja china. La caja se vuelve cáscara; el interior se separa, produce aires de cualidades varias, respira, toma presencia desde distintos puntos, siempre. La observación externa, periférica, resalta el carácter de cofre, montado y desplegado sutilmente sobre el solar. Planos que se suceden generando estratos horizontales o escenas apilables, posibles de ser observadas, recorridas. Sus límites: tapas verticales ciegas, planos de vidrio, filtros de lonjas premoldeadas, la caja condiciona la tensión entre interior/exterior. Llega el programa, nuevas preguntas.¿Por dónde comenzar la construcción intelectual de una propuesta asediada por algunos puntos ineludibles a la hora de proyectar? Esquina, diagonal, plazoleta, norte, geometría, interpretación de programa… ¿Es posible dar vuelta la cuestión, e intentar un planteo en el que edificio, en tanto singularidad, sea quien proponga el juego relacional y no sea condicionado por un entorno dominante, pero que al mismo tiempo ese entorno sea parte irrescindible del sitio que lo produce? ¿Serán las respuestas a estas preguntas, creadoras de un objeto exótico? De todo esto, de buscar respuestas a estas y otras inquietudes, trata el objetivo trazado.
La clave radica en una contradicción dialéctica: la singularidad del objeto y el reconocimiento de los límites que le dan forma. Singularidad, no como excentricidad, sino como ícono, como faro que mira y es mirado, que ordena y es referente; pero singularidad de ese sitio, con sus condicionantes revirtiéndolas, como un arte marcial oriental, en potencialidades. El enclave urbano invita. El solar es protagonista sin proponérselo y los limites, natural y geométrico, tamizan la condición. Comienzo. Nuevas preguntas. ¿Cómo entender una manzana de 3 lotes? ¿Cómo se aborda el objeto?, ¿Cuál es la relación cinética entre lo urbano y ese objeto?, otra ¿pueden los limites concretos y esta relación erigirse en la síntesis dialéctica objeto- subordinación al medio?... Por ahí asoma algo.
El abordaje produce una fisura, una escisión en el fondo del lote, dando independencia a la pieza arquitectónica y a su vez, aire a las futuras construcciones linderas. De esta manera, la aproximación reconoce los bordes en diferentes niveles y la irrupción al interior del nuevo espacio es una salida a escena. Las preguntas se suceden. ¿Cómo podría ser el escenario, el nexo o interfase entre el individuo protagonista y la ciudad? Hasta ahí, una caja.
¿Cuántas particiones aguanta el programa? El desafío se complejiza. En primera instancia, el pensar estratos o niveles, sugiere la partición del programa en paquetes funcionales. Se decide que sean tres. Público social y de extensión – público administrativo – semipúblico institucional. El primero, se despega medio nivel del suelo, y aloja todas las acciones cotidianas correspondientes a la matricula. Este nivel, actúa como articulación funcional y espacial entre una planta inferior semienterrada, reservada para las funciones de extensión y acontecimientos masivos, la otra, superior dedicada al área de gestión. Las etapas. ¿Cómo construir el objeto en el tiempo? ¿Resisten programa y lugar la convención de la etapabilidad? El tema reclama invertirse una vez más. La revisión arroja la primera conclusión: que cualquier decisión de etapas, no condicione el carácter de “edificio acabado”. Para esto, la caja en su configuración final, se convierte en la primera etapa de materialización, eliminando así las tareas de obra gruesa y sucia en esta instancia y dejando para las siguientes, obras de montajes en seco. En ella se alojara el núcleo de servicios (con ascensor) y el área de atención al público. Ello abre el camino de las posibilidades estratégicas y el fraccionamiento de las etapas que la institución decida en su momento. Por un lado, el traslado del área directiva, que se materializa con el montaje de un entrepiso metálico, la panelería divisoria y su correspondiente escalera, de misma tecnología.
El otro, el armado de los límites de la planta semi enterrada por medio de paños vidriados, sistemas de oscurecimiento, y acondicionamiento técnico necesario.
El otro, el armado de los límites de la planta semi enterrada por medio de paños vidriados, sistemas de oscurecimiento, y acondicionamiento técnico necesario.
Criterios Tecnológicos
Despegue, Cáscara, Filtros, Estratos, Cierres; al nombrar uno orienta, define… La decisión del hormigón armado en el despegue (losas nervuradas) y la cáscara hablan: eficiencia estructural, capacidad expresiva, resistencia mecánica, posibilidades plásticas (despegue y cáscara tienen apariencias muy disímiles que resaltan sus independencias). Los filtros orientan la mirada, la luz; son “mampuestos fabricados” pero parientes de la cáscara. El estrato es la singularidad dentro de la singularidad, se cuelga de la cáscara (estructura metálica emplacada); seco, uniforme, liso, ligero en la concepción, pesado en apariencia; brilla, refleja, recorta, flota, exacerba la espacialidad… el Cierre es eso, abrigo, barrera térmica, el recorte urbano, el “marco” lo da todo lo anterior, el cierre se traduce en vidrio, vidrio y nada mas.
Deschamps + Estremera + Acevedo
Planta Nivel -2.15 |
Planta Nivel +1.50 |
Planta Nivel +4.55 |
Vista Calle 47 |
Láminas Presentadas
Créditos
Autores: Arqs Elisa Deschamps, Fabio Estremera y Silvio Acevedo
Colaboradores: Agustín Antonio, Javier Barrios, Mariano Otamendi
Asesoramiento Estructuras: Turdó-Del Pano Ingenieros
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