29 de enero de 2013

MERCADO MUNICIPAL DE ARRIAGA

Octavio Barreda Marín, arquitecto
Félix Candela Outeriño, asesor estructural - cubiertas
 Ciudad de Arriaga, Estado de Chiapas - México.1970

Hans Kabsch Vela: textos y fotografías











¿POR QUÉ CONSERVAR EL MERCADO MUNICIPAL DE ARRIAGA?
Por Hans Kabsch Vela

EL MOVIMIENTO MODERNO, fue la tendencia arquitectónica mas importante del siglo XX, su línea general intentó romper con el pasado académico e historicista de la arquitectura, anteponiendo principios como la congruencia entre forma y función, eliminando la decoración superficial y las simulaciones materiales .Es común pensar en el Movimiento Moderno y asociarlo a una estricta ortogonalidad, lo cierto es que hubieron múltiples manifestaciones, unas orientadas en efecto, a la pureza material y ortogonal; otras enfocadas en incorporar expresiones plásticas a la arquitectura;  y por último las que privilegian la relación entre forma y  estructura.

El expresionismo estructural se convirtió en una de las manifestaciones mas importantes, generando edificios de gran belleza formal intimamente relacionada con un racional uso de la geometría, para resolver particulares problemas de diseño.  México se convirtió a mediados del siglo XX, en un inédito laboratorio de ideas y soluciones, que después se implementarían en otros paises, destaca el trabajo del arquitecto emigrado español Félix Candela y sus experimentales cubiertas de concreto laminar, conocidos popularmente como cascarones cuyos asombrosos espesores, menores a veces a los cinco centímetros, eran posibles por el manejo adecuado de formas geométricas que no habían sido exploradas, tal es el caso de los PARABOLOIDES HIPERBÓLICOS o hypar, por su abreviación en inglés.

Desde su empresa “Cubiertas Ala”, Candela tuvo relación con los mejores profesionistas mexicanos: Carlos Recamier, Pedro Ramirez Vazquez, Rafael Mijares, Guillermo Rosell, Manuel Larrosa, entre otros.  Destaca su asociación con Enrique De La Mora y Fernando Lopez Carmona, con quienes Candela revolucionó el uso de los hypars, simplificando su construcción, experimentando, creando un sinnumero de variantes, siempre aprovechando la mano de obra barata y las libertades del reglamento de construcción.  Lo anterior permitió generar toda una tecnología en la construcción de cascarones de concreto, ampliamente difundida en todo México, plenamente probada y utilizada a nivel internacional, entre 1950 y 1969.  Candela tuvo pocos pero destacados aprendices, como Octavio Barrera Marín, quién en 1970, proyectó, con la asesoría de Félix Candela y del Ing. Izquierdo el Mercado Belisario Dominguez en la ciudad chiapaneca de Arriaga.

Esta singular construcción esta dividida en dos sistemas constructivos: muros de mampostería y techo de trabelosas de concreto para el área de comidas, carga y descarga. Para la nave principal: muro en talud de piedra bola de rio y diecisiete paraguas de concreto de los cuales uno está exento del muro anillo de piedra, dejando los otros dieciseis dentro haciendo juego de damero alternados en altura.
Cada paraguas de concreto de cubierta rectangular, tiene 6.55 mt. por 18.15 mt. Con columnas centrales de planta en cruz, que después se ramifican para formar nervaduras de apoyo en las aristas. El singular manejo de los paraguas a diferentes Alturas permite la ventilación cruzada y la iluminación por medio de celosias de concreto y un sistema de ventilas de herrería y fibra de vidrio.  
 Barreda Marín, reconoce la influencia no solo de Félix Candela, sino de otro gran artifice mexicano: Alberto Teru Arai, cuyos imponentes muros en talud  para los frontones de Ciudad Universitaria, fueron referente para el muro anillo del Mercado de Arriaga.

Para ese entonces la tecnología constructiva de cascarones de concreto estaba en su decadencia. El aumento de costos de mano de obra y material desde 1968, hicieron cada vez mas complicado y costoso su edificación.  Esto junto con revisión de los criterios generales de estructuras en los reglamentos de construcción a raíz del sismo de 1985, hicieron que se truncara el avance tecnológico de las estructuras laminares de concreto.  Peor aún, el endurecimiento de los criterios estructurales y la extinción de esta forma singular de construir, trajo consigo el menosprecio de sus capacidades, hasta considerarlos endebles e inseguros, bajo esa premisa se demolieron innumerables ejemplos de construcción con cascarones de concreto.

Sin embargo, el paso del tiempo, el tránsito al siglo XXI, han traido consigo una revalorización del Movimiento Moderno en general y del Expresionismo estructural en particular, apreciando las cualidades tanto estructurales como estéticas de este tipo de edificaciones. a nivel internacional. Prueba de este Nuevo valor como patrimonio han sido los recientes nombramientos de obras como la casa estudio de Luis Barragán o el Conjunto Ciudad Universitaria de México, como Patrimonio de la Humanidad, por la UNESCO.

EL MERCADO BELISARIO DOMINGUEZ DE ARRIAGA, es parte de esta estela de edificios logrados en belleza y estructura, ejemplo de una tecnología única, que en su momento se convirtió en la gran aportación mexicana a la arquitectura mundial, por esas razones, el edificio no debe desaparecer por criterios técnicos pragmaticos y mal enfocados, conviene mejor una reutilización y ampliación respetuosa de un edificio singular, patrimonio de la arquitectura Chiapaneca.
































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