Por Aldo Facho Dede, arquitecto y urbanista
Publicado en el diario El Comercio el 14.04.2016 como respuesta a la nota publicada por el economista Iván Alonso "Ordenamiento Territorial".
http://www.anfrix.com/2010/07/la-mina-a-cielo-abierto-que-devora-a-una-ciudad/ |
El Desarrollo Sustentable parte del principio que el disfrute de hoy no debería significarnos carencias el día de mañana. Este concepto que está muy relacionado con la planificación estratégica, guarda la misma lógica que aplicamos cuando hacemos mantenimiento a nuestros bienes, o planificamos nuestra economía: si nos excedemos en el uso o en los gastos, estaremos poniendo en riesgo la sostenibilidad de nuestro hogar. Esta lógica a escala nacional se denomina Ordenamiento Territorial, y tiene que ver con una visión concertada y equilibrada de desarrollo, pensando en el presente, pero sobre todo en el futuro.
Miradas sesgadas desde lo económico, como la plasmada en el artículo “Ordenamiento Territorial” (El Comercio 08 de abril de 2016), de Sr. Iván Alonso, reflejan la forma como se ha venido administrando nuestros recursos desde el Virreinato, cambiando las formas de gobierno, más no nuestro rol como proveedores de materia prima.
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Para generar movilidad social ascendente y el desarrollo de las clases medias, se necesita un modelo económico que apueste por la diversidad productiva y la industrialización, con políticas a mediano y largo plazo. El Ordenamiento Territorial tiene como principal objetivo consensuar una visión a futuro en base a la cual se organicen las diferentes políticas y estrategias encaminadas al desarrollo integral del país, en relación a sus componentes físico-territorial, medio-ambiental, social-económico-productivo, energético, logístico, entre otros.
Ejemplo dramático de las consecuencias de la falta de planificación y la sobre explotación. http://www.amusingplanet.com/ |
Esta visión, concertada con los actores sociales, económicos, políticos y técnicos, debe decantarse en la regulación del uso del suelo y explotación racional de sus recursos naturales, sobre la base de un modelo de desarrollo equilibrado y sostenible en el tiempo.
La pregunta que se hace el autor sobre “¿Por qué debemos renunciar, digamos, al desarrollo de una mina que produzca un beneficio neto de US$10.000 millones en 20 años de vida útil para preservar un cultivo que pueda sostenerse de aquí a la eternidad, pero que apenas genere US$10 millones anuales?” se responde a sí misma: porque no podemos reducir la vida de una nación a 20 años de super-explotación, y porque a las personas no se las mide con el “valor presente” (como miden los economistas los costos y beneficios) sino con el “valor futuro”, que es para lo que debería trabajar el Estado.
Ejemplo positivo de intervenciones urbanas a modo de proyectos estratégicos, con el objetivo de generar procesos de transformación en el territorio. http://www.archdaily.pe |
La sustentabilidad de la riqueza de una nación no debería calcularse en cuán rápido se explotan sus recursos naturales, sino en cuanto consigue prolongar sus beneficios en las generaciones venideras. Para ello, necesitamos políticas de desarrollo concertado, que se resuelven en procesos de planificación.
Esta reflexión no quita sentido a la preocupación economicista del autor. La planificación tradicional ha trabado en muchos casos procesos de desarrollo que hubiesen generado importantes beneficios a la población. El problema fundamental radica en que proyectar de forma rígida las actividades económicas relacionadas al uso del suelo tiene grandes posibilidades de fracasar, pues las sociedades son en esencia dinámicas, y su accionar sobre el territorio responde a esa variabilidad.
Mina de As Pontes en Galicia España. http://www.galiciaunica.es/ |
Mina de As Pontes recuperada y convertida en un gran desarollo turístico. http://www.fundacionaquae.org/ |
Entonces, ¿se puede objetivamente pensar en el Ordenamiento Territorial como una solución para el crecimiento equilibrado? Personalmente considero que sí, pero desde el enfoque de la planificación estratégica, que se diferencia esencialmente de la tradicional en que se proyecta a base de objetivos de desarrollo, y se decanta en proyectos prioritarios que buscan ser las puntas de lanza de un proceso integral de crecimiento adaptativo.