Publicado el 29.06.2011
Fuente de la imágen: www.raulperez.com
En la actualidad, y según lo establece un reciente informe de ICOMOS Argentina, (ONG de carácter internacional, que se ocupa de la conservación del patrimonio cultural) buena parte de los componentes materiales e inmateriales que definen la identidad de La Plata se encuentran amenazados.
Según el informe, entre las causas de riesgo se puede mencionar la especulación inmobiliaria, las presiones para obtener mayor rédito a través de la explotación del suelo urbano, la falta de protección adecuada de edificios y sitios patrimoniales, la falta de organismos específicos que velen por el patrimonio de la Ciudad y la falta de campañas de educación y participación comunitaria en todos los niveles.
Esta paradoja, de una ciudad que es reconocida mundialmente por su patrimonio al tiempo que se dedica obstinadamente a degradarlo, no es reciente. A pocos años de su fundación y contrariando el espíritu estratégico con la que fue concebida, el poder público quiebra este pensamiento y lo reemplaza por una mirada de fragmento que concibe al "espacio público" como un espacio vacío, libre y vacante, entendiendo que completar el mismo es inocuo y necesario para solucionar la implantación de los nuevos equipamientos que empiezan a surgir. De esta manera, el Estado Municipal y Provincial y la propia Universidad Nacional justifica la construcción de inoportunos inmuebles: la necesidad de contar con determinado equipamiento es superior al impacto negativo que estos edificios puedan ocasionar en el centro de la Ciudad o en el interior del Bosque: de las 250 hectáreas previstas para el tradicional Paseo para la recreación, el esparcimiento y las actividades culturales, hoy sobreviven menos de 50.
Asimismo la historia de la ciudad demuestra a través de la demolición de joyas del patrimonio arquitectónico, como el viejo Teatro Argentino, y de la ausencia de una política de protección de los mismos, que el cuidado de los bienes de carácter histórico o simbólico, no ha representado el interés por parte de las instituciones públicas.
La reciente decisión de la Justicia de frenar tanto la implementación del nuevo Código de Ordenamiento Urbano como la construcción del Estadio de Estudiantes de Plata, ha suscitado una ardua polémica entre las instituciones afectadas y las asociaciones civiles dedicadas a la preservación del medioambiente y del patrimonio construido.
Hoy la diferencia radica justamente en este fenómeno que se da en La Plata del mismo modo que sucede en otras ciudades como Buenos Aires, Rosario y Córdoba; la formación de una conciencia crítica por parte de vecinos y vecinas que se organizan y salen con firmeza a defender lo que consideran derechos básicos del ser humano, el derecho a la ciudad, a la identidad y a la memoria, a la defensa del valor esencial de La Plata: la calidad de vida de todos sus habitantes.
Estas asociaciones están creciendo bajo modernos conceptos urbanos y culturales de respeto al medio ambiente y al patrimonio material e inmaterial de la ciudad en la que viven, conceptos que son intrínsecos al modelo de desarrollo sustentable que los organismos de Cooperación Internacional propician desde principio de los años noventa, cuando se celebró en Río de Janeiro la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (Cumbre Mundial de la CNUMAD), representando un momento de inflexión en el modo de concebir y entender el medio ambiente y el desarrollo.
No se trata de impedir el crecimiento en aras de la preservación. El desarrollo no debe destruir el patrimonio cultural y natural, ni la preservación demorar o anular los flujos económicos y de crecimiento. Estos son conceptos que no sólo no se contraponen, sino que necesariamente deben complementarse. En los últimos años se ha producido un proceso de redescubrimiento del patrimonio cultural y natural. Su concepción desde una perspectiva integradora, vinculada con el territorio y con la gente, la implantación de nuevas políticas patrimoniales centradas no sólo en la conservación sino en el uso social y en su valoración como recurso turístico son elementos que configuran un nuevo planteamiento del sector. Hoy más que nunca el patrimonio se vislumbra como un importantísimo recurso económico y como un signo de dinamización y desarrollo de los territorios.
Para posibilitar este cambio de paradigma, se necesitan implementar criterios de planificación estratégicos que posibiliten la concertación de todos los sectores y la participación activa de toda de la comunidad en el diseño de la Ciudad. La respuesta está en la participación, en conciliar intereses, en sentarse ala mesa y aunar criterios en la búsqueda de soluciones.
*Ex Director de Cultura de la Municipalidad de La Plata.
Vicepresidente de la Fundación Ciudad de La Plata
Fuente de la imágen: www.raulperez.com
En la actualidad, y según lo establece un reciente informe de ICOMOS Argentina, (ONG de carácter internacional, que se ocupa de la conservación del patrimonio cultural) buena parte de los componentes materiales e inmateriales que definen la identidad de La Plata se encuentran amenazados.
Según el informe, entre las causas de riesgo se puede mencionar la especulación inmobiliaria, las presiones para obtener mayor rédito a través de la explotación del suelo urbano, la falta de protección adecuada de edificios y sitios patrimoniales, la falta de organismos específicos que velen por el patrimonio de la Ciudad y la falta de campañas de educación y participación comunitaria en todos los niveles.
Esta paradoja, de una ciudad que es reconocida mundialmente por su patrimonio al tiempo que se dedica obstinadamente a degradarlo, no es reciente. A pocos años de su fundación y contrariando el espíritu estratégico con la que fue concebida, el poder público quiebra este pensamiento y lo reemplaza por una mirada de fragmento que concibe al "espacio público" como un espacio vacío, libre y vacante, entendiendo que completar el mismo es inocuo y necesario para solucionar la implantación de los nuevos equipamientos que empiezan a surgir. De esta manera, el Estado Municipal y Provincial y la propia Universidad Nacional justifica la construcción de inoportunos inmuebles: la necesidad de contar con determinado equipamiento es superior al impacto negativo que estos edificios puedan ocasionar en el centro de la Ciudad o en el interior del Bosque: de las 250 hectáreas previstas para el tradicional Paseo para la recreación, el esparcimiento y las actividades culturales, hoy sobreviven menos de 50.
Asimismo la historia de la ciudad demuestra a través de la demolición de joyas del patrimonio arquitectónico, como el viejo Teatro Argentino, y de la ausencia de una política de protección de los mismos, que el cuidado de los bienes de carácter histórico o simbólico, no ha representado el interés por parte de las instituciones públicas.
La reciente decisión de la Justicia de frenar tanto la implementación del nuevo Código de Ordenamiento Urbano como la construcción del Estadio de Estudiantes de Plata, ha suscitado una ardua polémica entre las instituciones afectadas y las asociaciones civiles dedicadas a la preservación del medioambiente y del patrimonio construido.
Hoy la diferencia radica justamente en este fenómeno que se da en La Plata del mismo modo que sucede en otras ciudades como Buenos Aires, Rosario y Córdoba; la formación de una conciencia crítica por parte de vecinos y vecinas que se organizan y salen con firmeza a defender lo que consideran derechos básicos del ser humano, el derecho a la ciudad, a la identidad y a la memoria, a la defensa del valor esencial de La Plata: la calidad de vida de todos sus habitantes.
Estas asociaciones están creciendo bajo modernos conceptos urbanos y culturales de respeto al medio ambiente y al patrimonio material e inmaterial de la ciudad en la que viven, conceptos que son intrínsecos al modelo de desarrollo sustentable que los organismos de Cooperación Internacional propician desde principio de los años noventa, cuando se celebró en Río de Janeiro la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (Cumbre Mundial de la CNUMAD), representando un momento de inflexión en el modo de concebir y entender el medio ambiente y el desarrollo.
No se trata de impedir el crecimiento en aras de la preservación. El desarrollo no debe destruir el patrimonio cultural y natural, ni la preservación demorar o anular los flujos económicos y de crecimiento. Estos son conceptos que no sólo no se contraponen, sino que necesariamente deben complementarse. En los últimos años se ha producido un proceso de redescubrimiento del patrimonio cultural y natural. Su concepción desde una perspectiva integradora, vinculada con el territorio y con la gente, la implantación de nuevas políticas patrimoniales centradas no sólo en la conservación sino en el uso social y en su valoración como recurso turístico son elementos que configuran un nuevo planteamiento del sector. Hoy más que nunca el patrimonio se vislumbra como un importantísimo recurso económico y como un signo de dinamización y desarrollo de los territorios.
Para posibilitar este cambio de paradigma, se necesitan implementar criterios de planificación estratégicos que posibiliten la concertación de todos los sectores y la participación activa de toda de la comunidad en el diseño de la Ciudad. La respuesta está en la participación, en conciliar intereses, en sentarse ala mesa y aunar criterios en la búsqueda de soluciones.
*Ex Director de Cultura de la Municipalidad de La Plata.
Vicepresidente de la Fundación Ciudad de La Plata
yo realmente no entiendo que quieren decir,conservar el patrimonio cultural? cual? por que los edificios publicos y los espacios verdes estan igual desde hace por lo menos 37 años que son desde que los veo a diario ya que soy platense y vivo en la ciudad y a demas bien conservados.crecimiento desordenado? tal vez y agregaria lento y pobre, esta es una ciudad pensada en el siglo XIX pero estamos en el siglo XXI y la dencidad demografica crecio, el parque automotor crecio y seguiran creciendo lo que nos obliga mas que preservar a crear. se cito como ejemplo el teatro argentino aquel que se quemo y se recupero convirtiendolo en una obra moderna y majestuosa, obras como estas son las que debemos insentivar mas edificios y mas altos abrir mas calles, avenidas y autopistas dentro de la ciudad, nos esta quedando chica y con el correr de los años sera mas caotica aun si no preveemos esto. Buenos Aires, Rosario, Cordoba son claros ejemplos del verdadero crecimiento de las ciudades, crecimientos sustentable es la modernizacion y confort de sus habitantes, que a demas sea atractiva al turismo. Un minimo porcentaje de la poblacio mundial visita pequeños museos, en cambio gran afluencia de personas circulan a diario por shopigns y parques tematicos o no, entonces pregunto, de donde sacan las ciudades mas importantes y ricas del mundo su sustento? de edificios antiguos y en ruinas que nadie visita? de alguna que otra vegetacion distribuida por las calles o de donde? para pensar. Yo quiero vivir en una ciudad moderna, pujante que me brinde trabajo, bienestar, confort, seguridad y verdadero esparcimiento, para no tener que viajar a otras ciudades a la hora de mi tiempo libre para hacer algo distinto, ya que por ahora si no cambia mis lugares de esparcimiento en esta ciudad estan muy limitados,no se ustedes en que ciudad quieren vivir???
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