12 de octubre de 2012

CASA SMO

ARSº ATELIER DE ARQUITECTURAS
Alejandro Guerrero Gutiérrez


Santa María del Oro, Nayarít México. 2004-05





El tema de la vivienda en la naturaleza evoca el mito del nacimiento de la arquitectura como la respuesta natural humana a la condición de la vida en lo “salvaje”. Citando a Alison Smithson: “se considera al pabellón como un lugar hecho idilio; un sueño de un estilo de vida sin estrés, un dominio (a menudo un gran jardín) que suele estar en lo pretendidamente salvaje, es decir, en la naturaleza” 1

Para explicar la relación de la casa con el paisaje se han identificado 4 envolventes del espacio natural y construido, mediante los cuales la obra se construye en el espacio y en el tiempo.



ENVOLVENTE MACROTOPOGRÁFICO. El alejamiento del mundo

La laguna de Santa María del Oro es un paraje natural privilegiado. Se ubica dentro del cráter de un volcán perteneciente a la sierra madre occidental, cuya actividad cesó y con el paso del tiempo se pobló de una densa vegetación; que en conjunto con otros factores garantizan un clima templado durante casi todo el año.


El lugar se entiende como una concavidad topográfica en cuyo fondo se ha formado la laguna, la cual tiende a ser una circunferencia, cuyos “accidentes” tanto en planta como en sección forman bahías. La carretera que baja desde el pueblo de Santa María del Oro llega a la laguna por su parte sur y se conecta con un camino rural que la rodea. Dicho camino separa los terrenos que se encuentran en la orilla de la laguna de aquellos que se ubican en la ladera de la montaña.

ENVOLVENTE TOPOGRÁFICO. La naturaleza colabora con la arquitectura
El terreno se ubica frente a una de dichas bahías - aquella que está al poniente de la laguna y que se caracteriza por ser mas cerrada y estrecha - es un plano inclinado respaldado por la ladera del cerro que se hunde en la laguna y tiene como remate por el sur un “brazo” de tierra que cierra la visión frontal. De tal manera podemos entender el lugar como un recinto natural semi-cerrado, ya que los límites del espacio natural se encuentran bien definidos mas allá de los límites de la propia parcela. De esta manera es como una segunda concavidad topográfica que cierra la bahía limita la visión de la casa y construye su interior.

ENVOLVENTE ARQUITECTÓNICO. La continuidad del territorio y la arquitectura como límite
La primera decisión tiene que ver con la disposición de la casa en relación con lago y el cerro. Se decidió colocar un volumen alargado que contiene las áreas principales de la casa, de manera que todas ellas pudieran disfrutar de las vistas. Este volumen se coloca salvando la zona federal y la cota máxima de la laguna. El resultado es la partición del el terreno en dos; al interponer el elemento principal construido entre el ingreso al terreno y el lago, se produce un recinto de entrada. Este recinto será determinante para el entendimiento del papel de la arquitectura en el paisaje y se verá reforzado con la colocación de un segundo pabellón, que contiene las habitaciones para hijos. Así, se forma el recinto de entrada conteniendo una porción del terreno entre las masas construidas y la ladera de la montaña.

ENVOLVENTE ARQUETÍPICO. La arquitectura evoca a la arquitectura y al lugar
El pabellón principal de la casa, que no es otra cosa que un suelo y un techo cerrado por cristales y elevado sobre pilotes, evoca formas arquetípicas de la arquitectura, - el palafito – y a su vez momentos clave del Movimiento Moderno, como la Maison Dom-ino y la casa Farnsworth, para poner de manifiesto que la arquitectura se construye en el tiempo mediante la memoria. De tal manera, la estructura formal y portante elegida no responde a la idea de sintetizar una figura reconocible, sino que significa una renuncia a construir. Así, el único material de la obra que podría considerarse indispensable es el cristal, porque pone en tensión al paisaje con respecto a la arquitectura, ya que ésta última es transparente solo para garantizar la continuidad del espacio natural a través de la casa y construir los límites de la misma con el paisaje. La elevación sobre pilotis del cuerpo principal de la casa, responde a la necesidad de permitir el paso de las aguas en temporal y de todo lo que éstas arrastran.

Así, la arquitectura propuesta es también un mirador; una plataforma elevada que relaciona dos espacios abiertos que construyen el interior y que a la vez contiene un patio de ingreso o recinto cerrado que alude a la forma del paisaje natural en el cual se encuentra. La forma es entonces el resultado de hacer interactuar a la arquitectura con el paisaje, de la idea de que la arquitectura evoca al lugar, lo recrea. (ARS)



































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