1 de noviembre de 2012

JAVIER ARTADI


EL CUBO EN EL DESIERTO

Editorial Loft Publications.  Barcelona, España.
Primera Edición 2012







LA BELLEZA COMO ESPLENDOR DE LA VERDAD
 Acerca de la Arquitectura de Javier Artadi

Alberto Campo Baeza
 
“La poesía debe ser un poco seca para que arda” dice, y con razón, Octavio Paz. Y claramente entendemos los arquitectos cómo el poeta está hablando de precisión y de justeza que son cualidades exigibles a la mejor Arquitectura. Una Arquitectura que está en la orilla de la lógica, de la razón, del “less is more”. Pues así es la arquitectura de Javier Artadi.

Siempre que he visto una obra de Javier Artadi me he parado. Una vez más se convocaba allí a la Belleza a través de la serenidad y de la limpieza y de, como él bien defiende, de la línea recta, de la geometría rotunda. Lo que los clásicos resumían bien con el término ataraxia, que es la consecución del equilibrio y la felicidad en relación con el alma, la razón y los sentimientos. La arquitectura de Javier Artadi transmite paz.



















PERSONAL
Javier Artadi es uno de los más destacados arquitectos del Perú, con un claro reconocimiento internacional. Su trabajo aparece periódicamente en los mejores medios y es siempre reconocible por su rotundidad y por la serenidad y limpieza apuntadas. Las imágenes de sus obras son capaces de ser recordadas, de permanecer en nuestra memoria.

Además es profesor de Proyectos en la Universidad. Siempre he defendido que todo arquitecto y todo creador, los mejores, deben cumplir una triple condición: crear, dar razones de su creación y transmitir ese cómo y ese por qué. Para un arquitecto, no sólo construir, sino además escribir y también enseñar.

No creo en los arquitectos incapaces de dar razones de su trabajo, ni en los arquitectos eruditos que, o no construyen para no mancharse, o sus obras carecen del interés que pregonan sus palabras.

Javier Artadi cumple con las tres condiciones: construye obras hermosas,  escribe muy bien dando buenas razones de ellas y es un muy buen profesor universitario.
























NATURALEZA
Casi todas las obras de Javier Artadi están construidas frente a una naturaleza excepcionalmente bella que es la de su país. Y la relación de sus arquitecturas con esa naturaleza es la más adecuada: ni se disfraza ni se mimetiza con ella sino que emerge ante ella como el monolito de Kubrick, que él cita, con toda su fuerza, como un artefacto. Con la fuerza de la línea recta.

En su precioso texto introductorio “El cubo en el desierto” hace Artadi una defensa convincente de la línea recta y de la geometría como instrumentos propios de la razón, del intelecto humano. El ejemplo que utiliza, el paralelepípedo recto rectangular que emerge en 2001 Odisea del Espacio, es pedagógicamente muy ajustado. La razón frente al animal. Porque eso es lo que hace la Arquitectura: levantar un artificio frente a la naturaleza. Dialogando con ella, poniéndola en valor, pero artificial, siempre artefacto, arte facto.



 






















MECANISMOS
Y los mecanismos arquitectónicos que utiliza Javier Artadi son siempre eficaces. A veces estructuras al aire con llenos y vacíos. Siempre enmarcando la naturaleza, ya sea en grandes ventanales o en vacíos cuadrados en el techo que parecen atrapar el cielo. O subrayando con sus rotundas plataformas la naturaleza ante la que se planta. Siempre con toda intención y con resultados eficaces. Todo bien controlado con las medidas precisas. No dejando nada al azar.


 





















OBRAS
Podría hacer un repaso de sus obras, pero creo que están muy bien descritas y explicadas en las páginas de este libro al que estas palabras sirven de introducción.
Todas, desde la Casa en la Playa de las Arenas hasta la última, la Casa en las Palmeras, son muy hermosas.

Pero si me dijeran que escogiera una, me quedaría con el Club House en Cerro Colorado. Una casa que es casa de todos. Una fuerte  plataforma frente al mar con casi nada más. Con una estructura racional desnuda que sólo se cubre cuando se requiere la sombra, y se cierra cuando se reclama la privacidad. Y un poco de agua en una alberca redonda. La estructura establece el orden de ese espacio como lo hacen las notas sobre el papel pautado de una partitura musical. Y es que Javier Artadi también compone música, y se le nota.



 




















FINAL
Y si él afirma que “en un lugar donde nunca llueve el cubo en el desierto puede ser realidad”, yo matizaría que en un lugar donde la cultura llega, el cubo en el desierto es una realidad, levantado por un arquitecto tan bueno y tan culto como Javier Artadi.

En definitiva, en el centro de todas estas cuestiones, está un arquitecto de primer orden que busca y encuentra la Verdad y a su través la Belleza. Si Platón, y San Agustín con él, proponía la Belleza como esplendor de la Verdad, ésto se produce de manera patente en toda la creación de Javier Artadi que a través de esa Verdad logra siempre la tan deseada Belleza.

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