30 de noviembre de 2012

ESCUELA INFANTIL EN CASTELLÓN

Ábalosllopis arquitectos + Enrique Fernández-Vivancos
Can Feliç - Benicassim (Castellón), España. 2010



























Cada grupo de ocho niños forma una pequeña familia y a cada una se le asigna una unidad de espacio independiente, una casa. Todas las unidades son iguales y al mismo tiempo son diferentes por su posición respecto al sol, las vistas y la relación con sus vecinos. Entre todas forman una comunidad que se reúne en torno a un espacio central, un lugar común a modo de patio cubierto donde compartir experiencias, una casa patio. La comunidad pertenece a un grupo mayor integrado en la ciudad, por lo que el espacio central tiene continuidad en una arboleda donde las unidades encuentran cobijo, una casa patio dentro del bosque. La arboleda crece y se funde con el espacio urbano formando un jardín de acceso público que mira al Desierto de las Palmas, paisaje fundamental de la identidad común de Benicàssim, Can Feliç una casa patio dentro del bosque en el paisaje de Benicàssim.

El proyecto de Can Feliç nos ofrece la oportunidad de investigar sobre los conceptos de lo uno y lo múltiple, lo igual y lo diferente, como forma de profundizar en el conocimiento de las relaciones humanas que se establecen entre individuo y sociedad. Como método de trabajo se parte del principio de Arquitectura Aditiva enunciado en 1970 por Jørn Utzon, “una nueva expresión arquitectónica con los mismos atributos y efectos que se obtienen, por ejemplo, al añadir más árboles a un bosque, más ciervos a una manada, más piedras a una playa...”.


































29 de noviembre de 2012

APARTAMENTOS TUTELADOS EN BENIDORM

Javier García Solera, arquitecto
Benidorm, Alicante - España. 2004 - 2008
 

Premio de Viviendas de Protección Oficial de la X Bienal Española.
Concurso para el diseño de cuarenta departamentos tutelados para mayores.
 






























"La arquitectura se hace un poco a los bordes, me gusta a mi decir, en el sentido de que solamente al final vamos a determinar un cerramiento de calidad, una estructura funcional eficaz y, bueno, a lo mejor una inteligente organización. Y en definitiva lo que hacemos es trabajar con un gradiente de privacidad desde el suelo hasta el techo de la edificación, que lo que permite es que en cada uno de esos estratos, que por supuesto el más repetido es el de la vivienda, se puedan producir sutuaciones de comunicación o de encuentro de las personas diferentes."
 
Javier García Solera








MEMORIA DESCRIPTIVA
El proyecto surge de dos concursos simultáneos para dos torres –ancianos y jóvenes- a ambos lados de la calle y dos espacios libres que rodeándolas darían forma a un parque completo abierto al uso ciudadano. Tras el fallo se nos adjudica tan sólo una de las dos partes que componen lo que nosotros habíamos proyectado como un todo común.

Si una continuidad horizontal de las viviendas logró, en otros proyectos, intensificar de forma natural, por correlación (como en la calle tradicional) la relación entre vecinos, en una construcción en altura son otros los recursos que se imponen para lograr una posibilidad mayor de convivencia que la que supone el mero hecho de ser partícipes de la misma comunidad de vecinos.

Con esa intención se exploran las variadas posibilidades de una construcción vertical ocupando planta de suelo, primera planta y alguna planta en altura, para usos comunes y estrechando vínculos de continuidad entre lo edificado y la zona verde que lo rodeará en un futuro inmediato.

Los usos se disponen de modo que todas las plantas comunes tengan grata utilización por su adecuación y por la relación con el medio que proponen. En la baja, hasta tres ámbitos de uso exterior se suman al programa interno; en planta primera, y como prolongación de la baja, se produce gran comunicación con la zona ajardinada y el talud que separa de la calle y ofrece abrigo al pié de la edificación; en planta tercera, junto a las zonas de juegos y convivencia ubicadas allí, una gran terraza permite ser apropiada para múltiples actividades definiendo un espacio que es balcón mirador y que gira en todas las orientaciones en busca de vistas lejanas y el mejor soleamiento en cada hora del día y en las diversas estaciones del año.

Se construye en hormigón visto todo aquello que aúna cerramiento y estructura y se trata el resto de fachada con elementos metálicos que dan forma a variados filtros al sol que acaban definiendo la identidad formal el conjunto.







































Información Técnica:
Colaboradores: Lola Pérez Payá - arquitecto, Domingo Sepulcre – cálculo de la estructura

Aparejador: Marcos Gallud y Javier Mateu

Promotor: Instituto Valenciano de la Vivienda S.A

Empresa Constructora: Sedesa Obras y Servicios S.A

Presupuesto Total: 3.085.892 €

Superficie Construida::

Edificación: 5.240 m2

Urbanización: 1.588 m2


Fuente de las imágenes, memoria e información técnica: www.bienalx.es
Fuente del vídeo: www.studiobananatv.com

28 de noviembre de 2012

JOSE MARÍA ARGUEDAS



























 
Hace 43 años, José María Arguedas se disparó en la sien en un baño de la Universidad Nacional Agraria de La Molina. Días después moriría. Hace unos meses, recopilé para el semanario Hildebrandt en sus Trece datos sobre la última semana de vida de Arguedas. Aquí lo correspondiente a aquel viernes de 1969.

Después de corregir sus cartas de despedida y minutos antes de dispararse en la sien, Arguedas le hizo una última pregunta a Alfredo Torero.

-¿Crees, Alfredo, que entre los jóvenes estudiantes habrá un nuevo Mariátegui?

Esa mañana de viernes, Arguedas se encontró con Torero a las 8 de la mañana en la Agraria. No quería ser interrumpido. Fue idea suya ir en auto por los alrededores del campus, a lugares cercanos y tranquilos, con intervalos de atención en su oficina. La conversación giró sin eje, jovial y tranquila, pero con temas de coyuntura política presentes: Vietnam, Cuba, las guerrillas, el Gobierno, Mayo del 68, el Ché. Eran temas que a Arguedas lo capturaban. Ese año ya había escrito poemas en quechua a Vietnam y Cuba. En algún momento, cuando hablaban del Perú, Torero le propuso a Arguedas visitar los lugares de su infancia: Andahuaylas, Abancay, Lucanas. Él se negó. Sabía que estaban ocurriendo cambios y que estos no le iban a gustar. Prefería quedarse con la imagen que tenía de ellas desde niño. Comentaron también de los cursos que dictarían el siguiente ciclo. A Arguedas le habían asignado sociología urbana y eso no lo había satisfecho: él ni sabía qué era ciudad, lo hacían solo porque conocía Chimbote pero no tan bien como ellos creían. Torero le sugirió pedir otro curso pero Arguedas desestimó la idea.

-¡Dejémoslo así! De todas maneras no lo voy a dictar.

Fueron a almorzar, también a sugerencia de Arguedas, a un restaurante ubicado en un campo de experimentación agrícola lindante con la universidad. Los dueños eran japoneses pero la comida era criolla. Arguedas no podía comer todas las cosas que le gustaban porque le causaban desórdenes gástricos. Por ejemplo, su querido choclo tenía que comerlo sin cáscara ni pedúnculo.

La palta tampoco le caía bien, pero ese día pidió de entrada media palta. La comió con regocijo, contento, como un demonio feliz.

-Ojalá no te haga daño –le dijo Torero.

-Hoy nada me hace daño –le contestó Arguedas. Al final se comió una palta entera.


Siguieron conversando hasta las cinco de la tarde, hora en que volvieron al departamento. Torero se estacionó al frente y Arguedas empezó a hablar de Celia Bustamante, su ex esposa. A su juicio era celosa y posesiva, se había sentido en un encierro y lamentaba ahora no haberse liberado antes.

Una vez en la oficina, Arguedas le encomendó tres sobres a Torero. Estaban bien amarrados y uno de ellos pesaba claramente más. Mientras Torero iba hacia su carro para volver a casa, se preguntaba si entre los sobres que cargaba no habría una carta de despedida.

Luego, Arguedas le pidió que le diera los sobres por un momento. Abrió dos de ellos, sacó las cartas que contenían, escribió sobre ellas, las puso en sobres nuevos y se las devolvió. Torero vaciló en ese momento. Quedó quieto. Partir o no. Arguedas lo miró y le preguntó.

-¿Crees, Alfredo, que entre los jóvenes estudiantes habrá un nuevo Mariátegui?

Torero le dijo lo que creía. Sí.

-¡Gracias! –le respondió Arguedas. Se paró y lo abrazó, enérgico.


Ricardo Rivera vio también esa tarde a Arguedas. Estaba parado en la puerta del departamento, cerca de las cinco, con las manos cruzadas a la altura de la barriga.  Veía adusto cómo los buses con alumnos y trabajadores de la Agraria partían, como esperando que la universidad se quedase vacía. Pasadas las cinco, con Torero, Rivera y los buses rumbo a Lima, Arguedas inició la ejecución de su muerte. La matricula había terminado, los trabajadores y alumnos ya estaban camino a casa, creía que ya no había nadie a quien molestar ni que interrumpiera su paso a la muerte. No se percató que en el departamento todavía quedaba una persona. Cuando escuchó un disparo se acercó al lugar de donde venía el sonido: el baño. Intentó abrir la puerta pero no podía, parecía trancada. Era el cuerpo del propio Arguedas, aún con vida, que después del disparo había caído contra la puerta. Había decidido descansar para siempre, le escribió a su sobrino Abel Carbajal Arguedas, hijo de su hermana Nelly. La carta tenía como fecha 28 de noviembre. Días antes, le había enviado el ¿Último Diario? a su amigo chileno Pedro Lastra. Llevaba una corta dedicatoria escrita a mano con una sencilla despedida.
Y no me olviden; recuérdenme con alegría.

Fui feliz

J.M.

Arguedas caminó hacia el baño, donde ahora viven dos pisonays. Sostuvo la pistola calibre 22 en su mano derecha. La subió a su sien. Se miró en el espejo. Haló el gatillo.

ENTREVISTA A JAVIER CORVALÁN

Por Omar Paris 
Para la revista 30-60 Cuaderno Latinoamericano de Arquitectura

Publicado en el Nº 21 - Casas 4






 













O.P: ¿qué es una casa?
J.C: Es la pregunta del millón, tal vez sea el origen de la arquitectura, aquel primer refugio que construyó el hombre contra la naturaleza...allí comenzó todo. Me gusta verlo así de una manera muy simple, aunque actualmente la evolución haga definiciones más complejas.

O.P: ¿te gusta hacer casas?
J.C: Si, no tengo ninguna preferencia por el tema, tampoco soy especialista.

O.P: ¿qué pensás cuando te encargan una casa?
J.C: Pienso preguntas, de todo tipo. Qué, dónde, para quien, por qué, cómo, cuánto....
Nunca son claros los inicios, hay más incógnitas que certezas, el no saber qué hacer crea una necesidad de búsqueda y trato de no repetir las respuestas de otros trabajos.

O.P: ¿qué tendría que tener una casa? ¿hay recetas?
J.C: Creo que no debería haber recetas ni para cocinar, sólo sirven para la farmacia.
Una casa debería tener todo lo que pase por la mente, que sirva para dar una respuesta a las necesidades conscientes e inconscientes, no hay una regla. Hay una casa diferente por quien la pida y por cada lugar.

O.P: contanos sobre el proceso de la casa umbráculo... ¿cómo convenciste a tu cliente de hacer esa cubierta con pallets?
J.C: La cubierta de pallets fue lo poco que pudimos imaginar como respuesta a un presupuesto reducido y a la pretensión de una gran casa para Susana. Ella tiene un gran crédito en esto, no existen buenos proyectos sin buenos comitentes, no basta solo buenos arquitectos o constructores.
 
Ella depositó su confianza y nosotros le dimos una respuesta. La gente que se nos acerca por trabajos llegan con la mejor predisposición y con respeto a nuestro trabajo realizado, obviamente el laboratorio no está sepultado de encargos, tenemos lo suficiente para mantenernos ocupados y concentrados en nuestro sistema de trabajo bien personalizado. Es gratificante comprobar que mientras construimos las cosas, ellos se entusiasman tanto como nosotros, participan y colaboran.

“Creo que no debería haber recetas ni para cocinar, sólo sirven para la farmacia. Una casa debería tener todo lo que pase por la mente...”

O.P: ¿qué es el laboratorio? ¿Cómo funciona el laboratorio de proyecto? ¿Cuánto tiempo le dedicás a la búsqueda de nuevas posibilidades?
 
J.C: Un espacio de proyecto y experimentación, tiene la particularidad que un cuarto de su superficie ocupa un taller con pequeñas máquinas de carpintería y un patio donde soldar y colar hormigón. Los tiempos de trabajo son muy variables.

O.P: ¿cuánta gente trabaja en el laboratorio?

J.C: Hoy somos ocho, podemos llegar a 20 y en vacaciones solo tres.

O.P: ¿qué relación encontrás entre tu trabajo en la universidad y el de tu taller de arquitectura?
J.C: anteriormente nada. Hoy día, abrimos un nuevo taller que tratamos de aplicar nuestra experiencia de trabajo en colaboración con otros excelentes colegas amigos.


























O.P: ¿qué les decís a los que están iniciando su camino en la arquitectura?
J.C: Que busquen el suyo, hay uno propio para cada uno...que el fin es hermoso.
Solano dice que la arquitectura es una idea positivista, solo está pensada para mejorar las condiciones...

O.P: ¿hay algo que te gustaría te pregunten y no lo han hecho? ¿qué contestarías?
J.C: Que me gustaría ser si no fuera arquitecto... Músico de jazz o director de cine.

O.P: ¿a, eso… El club de la serpiente… de qué se trata?
J.C: de muchas cosas, de una historia y un lugar...el nombre es un homenaje a Julio
Cortázar (a quien lo leí incansablemente). No es un invento nuestro. El escribía sobre un sitio donde se reunían a escuchar jazz... Te conté que me gusta el jazz y coincidió que adoptamos una Kurijú de más de dos metros como mascota. La pobre había sido abandonada en cautiverio en un acuario comercial de la ciudad. La serpiente andaba de brazo en brazo y a veces sobre la mesa entre papeles y planos.
Habíamos ganado el concurso de un acuario y pensábamos finalmente ofrecerle al acuario para que todos los niños puedan aprender de ella, pero como la mayoría de los concursos no se construyen...

“Busco dar respuestas a todos los verbos que experimenta un habitante en una casa.”

Si anteriormente te describí al laboratorio como un espacio donde el 25 % estaba ocupado por una pequeña carpintería, hay otro 10% ocupado por instrumentos musicales que suenan en cualquier momento, especialmente los viernes, sábados o cualquier siesta. El nombre de la banda es ¨El Club de la Serpiente¨.

O.P: ¿qué buscas cuando hacés una casa?
J.C: El verbo habitar sobre todo. Buscodar respuestas a todos los verbos que experimenta un habitante en una casa. En lo personal, aprender algo nuevo en cada una, me divierte. Es una condición que me impongo y a la vez ofrezco algo particular al que me pide.

O.P: ¿nos podés mencionar algo que aprendiste en las casas que hiciste? Casa curda…

J.C: A no hacer más de lo mismo, es un punto final.

O.P: casa umbráculo…
J.C: Un techo con pallets y sus consecuencias.
La casa umbráculo ha sido publicada en 30-60 Luz

O.P: casa en Surubí…
J.C: A construir con la gravedad y el equilibrio.

O.P: casa cuervo…

J.C: Artificios constructivos para desafiar normas municipales, ampliaciones y escaleras en el vacío fuera de linderos.

O.P: casa osypyte…
J.C: Construir un muro de 0.15m. de más de 70 m que se sostiene por sí solo.

O.P: ¿otras?
J.C: Tengo otras tres en construcción… después te cuento…


 




































Sobre Javier Corvalán.  Nace en Asunción en 1962. Es arquitecto por la Facultad de Ciencias y Tecnología de la UCA (1987).  Trabaja en forma independiente desde 1990 y eventualmente asociado a arquitectos amigos en concursos públicos o privados. En 1997 viaja a Roma para realizar cursos de restauro, donde estuvo como profesor invitado del Instituto Universitario de Arquitectura de Venecia hasta el 2006. También ha colaborado con la Escuela de Arquitectura de América Latina y el Caribe Isthmus y la Escola Da Cidade de São Paulo. Es docente de las cátedras de proyecto en la Facultad de Ciencias y Tecnología de la UCA y en la Facultad de Arquitectura de la UNA.

27 de noviembre de 2012

CASA MURO

CUBICA ARQUITECTOS
Eduardo Itabashi + Gonzalo Echeandía + Juan Martín Ramirez
 
Ciudad de Pimentel, Perú. 2006






























En un área periférica de la ciudad de Pimentel, los arquitectos deciden generar un micro contexto edificado para los ambientes principales de la casa.  Estrechan las edificaciones hasta los extremos de los muros perimetrales y controlan las visuales con edificaciones.  A diferencia de la casa Wilson en la que optan por "arquitecturisar" el muro, en la casa Muro independizan las edificaciones del cierre generando un gran espacio abierto central.













26 de noviembre de 2012

LADRILLOS, BLOQUES Y OTROS ELEMENTOS ABANDONADOS Y PARCHES


AL BORDE arquitectos
David Barragán, Pascual Gangotena, Marialuisa Borja y Esteban Benavides

Mocha - Tungurahua, Ecuador. 2012

1º Premio Nacional, Categoría Rehabilitación y Reciclaje
Bienal Internacional de Quito 2012





























Comparto con ustedes este proyecto con la firme convicción que hace falta más de reciclar que de inaugurar, y no por un “gesto” al pasado, sino como postulado de sustentabilidad y economía.  Estamos acostumbrados a encumbrar obras impolutas, donde cada detalle está finamente calculado, calibrado… este es un lujo al que unos pocos pueden acceder, siendo el mundo cotidiano (al menos para muchos de los arquitectos) el de las remodelaciones, reciclajes, trasformaciones… donde tan o más importante que la idea brillante es la economía de la misma, la velocidad de su ejecución y el máximo aprovechamiento de lo existente.  Muchas veces vemos esto como una arquitectura de “segunda”, aspirando al “gran encargo”, esa casa soñada donde podamos volcar todo lo aprendido… gran error, gran mentira con la que nos formaron, estafa diría yo.  EL mundo real está lleno de lo “segundo” y es en ello, en la totalidad de nuestros encargos, donde debemos buscar que nuestro mejor esfuerzo consiga un espacio que supere las expectativas de quien confía en nosotros.  Dar “liebre por gato”, como dice siempre Helio Piñon, no distingue el pedigrí sino el sabor final del plato.



 
Volver. Habitar la hacienda donde creció, es lo que determina esta intervención.  El cliente heredó un establo y escogió  este espacio para convertirlo en su última vivienda.
 
En la arquitectura para animales, no hay decoración. Las vacas no tienen caprichos estéticos. Sumado al abandono, el establo cumple con lo mínimo: no caerse. El bajo presupuesto y la urgencia de habitarlo son parte vital del proyecto. Utilizamos la vieja y conocida fórmula del que no tiene más remedio: trabajar con lo que hay a la mano.

 


























EL SENTIDO COMÚN, NO ES TAN COMÚN
Las limitaciones obligan a ser rigurosos. Donde hay un problema aplicamos una solución: parchar.
 
Si desarmar la estructura de cubierta, retocar las piezas que aún sirven, reemplazar lo que no está en buen estado y volver a armar, nos toma mucho tiempo, no lo hacemos. 

Añadimos a lo existente parches.
Picar la pared para pasar las instalaciones eléctricas y de agua, colocar tuberías y sellar la pared, imposible: todo queda visto.
 
La cubierta mal-cubre e impermeabilizar todo y volver a entejar, no. Donde hubo teja ahora hay una lámina asfáltica que se apoya en la subestructura original.
La cercanía de la tierra y la lluvia hacen que el espacio sea húmedo. Alejamos el agua de la casa con un ducto perimetral y prolongamos los aleros. La teja en mal estado se utiliza como grava en el ducto perimetral y  la teja en buen estado se utiliza para los aleros.
 
El interior es obscuro. Hacer ventanas más grandes significa rehacer dinteles y desechar marcos y vidrios originales. Además el clima es frio, la casa está ubicada a 3300 metros sobre el nivel del mar. Si la cubierta resuelve calor y luz, matamos dos pájaros de un tiro: tragaluces.
 
Se necesita completar los límites de las habitaciones y los vanos principales. No podemos cargar más peso a las paredes originales: necesitamos un material ligero. Además debe ser lo más rápido y barata posible: duelas de madera.
 
El cliente tiene embodegado piezas sanitarias y puertas, las re-utilizamos.
Listo, que bonito Frankenstein.



 

























MENTIR DE VERDAD
Los materiales necesitan protegerse del uso y del tiempo. En un inicio, nos vimos envueltos en la figura del buen arquitecto contemporáneo; cada material es lo que es, pero no teníamos tiempo, ni dinero.  El esfuerzo que representa adecuar cada material con el único objetivo de deleitar la vista y así salvar un discurso estético, convierte al proyecto más en una escenografía que en una intervención elemental de reciclaje y rehabilitación.  Crisis.  De pronto mentir es la actitud más honesta: pintar todo.
 
Elegimos el color pensando en que estamos en el campo. Hicimos pruebas pisando las paredes para encontrar el color que camufle mejor el uso, hicimos un estudio de la cromática del polvo y de las manchas inevitables de humedad en zonas  lluviosas. El resultado: color sucio.
 
La pintura funciona en todo menos en el piso. En el piso debía tener otras características: a más de sellar el material, debe resistir el uso que demanda su función. En conclusión: si era pintura, debía ser una mucho más cara; no aplica.  La mejor opción, baldosas de cemento.  Buen precio y resuelve todos los espacios de la casa: se ve bien cuando está limpio y se ve bien cuando está sucio.

EL FIN
Todo lo que nos preocupa en el interior, no es un problema en el exterior. Porque el polvo que se desprende de los materiales por el paso del tiempo o por el uso, afuera es irrelevante. Afuera el establo siempre fue habitable: afuera no hicimos nada.

















 







  



























Nombre de la obra: Ladrillos, bloques y otros elementos abandonados y parches 
Arquitectos: AL BORDE, David Barragán, Pascual Gangotena, Marialuisa Borja y Esteban Benavides
Director de proyecto: Mateo Naranjo
Localización: Mocha, Tungurahua, Ecuador
Ingeniería Estructural: Patricio Cevallos
Constructor: Miguel Ramos
Diseño: 2012
Construcción: 2012
Superficie de intervención: 113 m2
Créditos Fotográficos: Francisco Suarez, Karina Barragán y AL BORDE

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...