"Su aparición fue como un oasis en el desierto. Cuando el tango atravesaba una de sus clásicas mareas bajas, cercado por continuas dictaduras que recelaban de la cultura y por la invasión de distintos ritmos foráneos que apoyaban las grabadoras, llegó el tango en su bandoneón, su pinta ganadora y su hermosa voz de barítono. Una dupla rarísima en una sola personalidad: el fueye y el cantor. Con las dificultades que entrañan ejecutar ese instrumento donde no se ven los 38 botones en la caja del canto ni los 33 en la del bajo, y que acompañen la entrañable entonación cantable que venían a refrescar los viejos poemas tangueros y a traer cantos nuevos. Aníbal Troilo, con su habitual bonhomía y parquedad, lo abrazó, le dio un beso y le dijo: "Pibe, sos un regalo del cielo. Gracias por llegar". Ha muerto hoy en Buenos Aires, a los 62 años, a causa de un cáncer de colon."
Extracto de la nota publicada en el diario El País: "Rubén Juárez: Más que un cantor de tango"
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