+ Lima, 28 de Noviembre de 2010
Hoy es un día nublado por la tristeza que nos significa la perdida de un Gran Peruano. Santiago Agurto supo serlo desde su sostenido compromiso para con el país en general y la arquitectura en específico.
Le debo una publicación biográfica, esta trágica noticia nos sorprendió como un trueno en la oscura noche. Tuve la suerte de conocerle cuando estudiaba la carrera y hacerle una larga entrevista años después con motivo de mis estudios doctorales. Cualquier arquitecto de mundo se sorprendería al ver como la Arquitectura Peruana no ha sabido galardonarle publicando y difundiendo su obra. Existen escasos estudios al respecto y ninguno que la recopile y analice a cabalidad.
Supo destacar en la antigua Escuela de Ingenieros, al nivel de ser premiado con una Maestría en la Universidad de Cornell, donde destacó con una notable tesis. En el Perú se integró a la Agrupación Espacio como miembro activo, fue motor junto a Adolfo Córdova y Carlos Williams de sus principales campañas mediáticas. Apostó por la formación de arquitectos tanto en su Alma Mater como en la Universidad Nacional Federico Villareal. Fue artífice y principal responsable de los mejores años de la Corporación Nacional de la Vivienda, desde donde materializó proyectos como la Unidad Vecinal Angamos, Unidad Vecinal Miraflores, Unidad Vecinal Matute y el Centro Recreacional Huampaní.
Su legado no se queda en la Arquitectura, dedicó parte importante de su vida al estudio de las culturas originarias costeñas, y emprendió importantes cruzadas cívicas. Las más recientes son la que promovió la remoción de la estatua de Francisco Pizarro de la plaza contigua a la Plaza Mayor de Lima y la aprobación por parte del Congreso del cambio en el modo de cantar el Himno Nacional, sustituyendo la Primer Estrofa por la Sexta.
Recuerdo las veces que le saludé en sus caminatas por la costa Chorrillana, y las tantas que le oí en conferencias y charlas de arquitectura. La enseñanza de nuestro oficio tiene una gran deuda con esa generación, nos están dejando sin que comprendamos la magnitud de su legado.
La fortaleza de sus convicciones y energía de sus acciones le llevaron a ese lugar especial donde algunos pocos vivirán eternamente en la memoria de sus semejantes.
Descanse en Paz estimado Arquitecto, descanse en el recuerdo de quienes tuvimos el honor de conocerle y en quienes sabrán apreciar su invalorable legado a la arquitectura y al país.
Aldo Facho Dede
